que, sin saberlo, al mundo acuna.
No lleva máscaras ni armaduras,
tan solo amor… y su ternura.
En tu mirar, la paz florece,
y el tiempo, al verte, se adormece.
Eres silencio que no lastima,
brisa que toca y no se anima.
No sabes cuánto me conmueve
que tu bondad jamás se mueve.
Que das sin peso, sin condiciones,
como los viejos corazones.
Te amo así, tan limpia y viva,
como una flor que no cautiva
con vanidad ni con promesa,
sino con luz… y con nobleza.
Y si algún día olvidas tu esencia,
yo seré voz, seré presencia
para decirte, amor, sin duda:
tu alma es pura… y es mi fortuna
©® Cesar O'Nada
No hay comentarios:
Publicar un comentario